La depresión para las mujeres es como un monstruo de peluche que se cuela sigilosamente en tu habitación cuando menos te lo esperas. Al principio, parece inofensivo, como un suave abrazo que te envuelve en tristeza. Pero a medida que pasa el tiempo, ese monstruo se va haciendo más grande y más oscuro, hasta convertirse en una sombra que pesa sobre tus hombros.

La depresión para las mujeres es como un monstruo de peluche que se cuela sigilosamente en tu habitación cuando menos te lo esperas. Al principio, parece inofensivo, como un suave abrazo que te envuelve en tristeza. Pero a medida que pasa el tiempo, ese monstruo se va haciendo más grande y más oscuro, hasta convertirse en una sombra que pesa sobre tus hombros.

La depresión para las mujeres es como un monstruo de peluche que se cuela sigilosamente en tu habitación cuando menos te lo esperas. Al principio, parece inofensivo, como un suave abrazo que te envuelve en tristeza. Pero a medida que pasa el tiempo, ese monstruo se va haciendo más grande y más oscuro, hasta convertirse en una sombra que pesa sobre tus hombros.